HISTORIA




La Salle en la Historia




     Juan Bautista de La Salle nació en Reims en 1651, siendo ordenado sacerdote el 9 de abril de 1678. Dos años más tarde, obtuvo el título de Doctor en Teología en una época donde sólo algunas personas vivían con lujo, mientras la gran mayoría vivía en condiciones de extrema pobreza. Asimismo, sólo un número reducido de padres podía enviar a sus hijos a la escuela y con ello, la mayoría de los niños tenían pocas posibilidades de futuro.
Conmovido por la situación de estos pobres que parecían


"tan alejados de la salvación" en una u otra situación, tomó la decisión de poner todos sus talentos al servicio de esos niños, "a menudo abandonados a sí mismos y sin educación". Para lograrlo no escatimó en sacrificios y así, abandonó su casa familiar y se fue a vivir con los maestros, renunció a su canonjía y su fortuna para después organizar la comunidad que hoy llamamos Hermanos de las Escuelas Cristianas.


En un principio se encontró con la oposición de las autoridades eclesiásticas que no deseaban la creación de una nueva forma de vida religiosa, es decir, una comunidad de laicos consagrados ocupándose de las escuelas


"juntos y por asociación". Las prácticas educativas de aquel tiempo distaban mucho de sus métodos innovadores y su absoluto deseo de gratuidad para todos, totalmente indiferente al hecho de saber si los padres podían pagar o no. A pesar de todo, De La Salle y sus Hermanos lograron con éxito crear una red de escuelas de calidad, caracterizada por el uso de la lengua vernácula, los grupos de alumnos reunidos por niveles y resultados, la formación religiosa basada en temas originales, preparada por maestros con una vocación religiosa y misionera a la vez y por la implicación de los padres en la educación. Además, De La Salle fue innovador al proponer programas para la formación de maestros seglares, cursos dominicales para 8


jóvenes trabajadores y una de las primeras instituciones para la reinserción de delincuentes.
Cansado de llevar una vida cargada de austeridades y trabajos, falleció una semana antes de cumplir 68 años en San Yon, cerca de Rouen.
Juan Bautista de La Salle fue el primero que organizó centros de formación de maestros, escuelas de aprendizaje para delincuentes, escuelas técnicas, escuelas secundarias de idiomas modernos, artes y ciencias. Su obra se extendió rápidamente en Francia, y después de su muerte, por todo el mundo. En 1900, Juan Bautista de La Salle fue declarado Santo. En 1950, a causa de su vida y sus escritos inspirados, recibió el título de Santo Patrono de los que trabajan en el ámbito de la educación.
Juan Bautista mostró cómo se debe enseñar y tratar a los jóvenes, cómo enfrentarse a las deficiencias y debilidades con compasión, cómo ayudar, curar y fortalecer.




 La Salle en el mundo




 

Hoy, las escuelas lasallistas existen en 82 países del mundo. La aprobación formal del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas por la Iglesia vino mediante la concesión de un documento oficial, llamado en este caso Bula Papal, titulada


In Apostolicae Dignitatis Solio. Desgraciadamente, la existencia legal del Instituto en Francia quedó suspendida de 1792 a 1805. Tan sólo un pequeño grupo de Hermanos continuó existiendo oficialmente en algunos Estados Pontificios y en Roma. La restauración de la misión lasallista en Francia se dio en el comienzo de un siglo de extraordinario crecimiento en la propia tierra de origen, vio su expansión fuera de Francia en 35 países del mundo y el desarrollo de una política misionera, mucho más allá de lo que La Salle y la primera generación de Hermanos hubieran podido imaginar. 9


Los 160 Hermanos de Francia e Italia en 1810, pasaron a ser 14,631 Hermanos a finales del siglo que culminó con la solemne canonización de su Fundador en 1900.
El perfil del Instituto, acelerado por la serie de


"leyes de secularización" de Francia que lo afectaron durante los años 1904-1912, cambió dramáticamente. Las escuelas, a menudo apresuradamente, fueron obligadas a cerrar, como consecuencia de una severa legislación contra las congregaciones religiosas que se responsabilizaban de ellas. Frente a estas prohibiciones, algunos religiosos se prepararon para renunciar a algunos aspectos de su vida pasada y así poder salvar las obras. Otros consideraron que esto era una traición, incluso una "apostasía", y procuraron continuar su vida religiosa y su apostolado fuera de Francia.


El sur de Bélgica, Canadá y España fueron al principio los principales beneficiarios de la expatriación. Georges Rigault, en su


Histoire générale des Frères des Ecoles Chrétiennes (Volumen 10), anota el ímpetu dado a las comunidades ya existentes en Argentina, Ecuador y Egipto por estos Hermanos auto-exiliados, al igual que ocurrió con los que resultarían ser los nuevos Distritos de Brasil, Panamá, México, África Norte y Australia.


Después de 1966, cuando el Instituto tenía el mayor número de miembros de toda su historia, vino un período de rápido declive, en cuyo transcurso un número significativo de sus miembros, por razones diversas, decidieron dejar el Instituto. A la vez se estaba dando una notable disminución en el ingreso de nuevos miembros, de manera que los números totales de 1986 venían a ser la mitad de los que existían veinte años antes. Y sin embargo, paradógicamente, las obras apostólicas de las que el Instituto era responsable en 1986 eran más numerosas, en razón del crecimiento de la familia lasallista.
Actualmente, el ministerio de los Hermanos, se desarrolla con más de 78,000 colaboradores seglares y más de un millón de alumnos en 82 países. El carisma lasallista se vive ya en el contexto de las sociedades


pluriculturales y multirreligiosas. Los jóvenes de todas las culturas y tradiciones religiosas tienen el derecho y la libertad de vivir el carisma lasallista y beneficiarse de ello.






 La Salle en México







En el año 1905 llegaron a México los primeros 5 Hermanos lasallistas provenientes de su país natal Francia. Un total de 188 Hermanos Franceses llegaron a colaborar en la educación en México a través de instituciones que muy pronto serían muy prestigiadas. Estos Hermanos franceses pronto cautivaron a muchas vocaciones de jóvenes mexicanos que ingresaron a la congregación y que actualmente suman 230 Hermanos divididos en dos provincias: Norte y Sur.
Los primeros cinco Hermanos tuvieron el gesto al bajar del barco que los trasportaba e inmediatamente intuyen que en México se le tiene una gran devoción a la Guadalupana y al día siguiente, los cinco peregrinan a la Basílica de Guadalupe. El futuro mártir, el Hermano Adrien escribe en su diario:


"En este santuario privilegiado oímos la misa, veneramos la imagen….y pusimos nuestra futura misión bajo la ilustre y poderosa Patrona de México".


Tres veces expulsados de México los Hermanos regresan con decisión a recomenzar las obras que habían fundado. Los Hermanos franceses con el corazón quebrantado por el exilio, el abandono de su patria, de su familia y, a pesar del cariño y aceptación que encuentran en México, las fuerzas del mal pronto se ensañan sobre ellos cobrando víctimas.
Actualmente son más de 50 obras lasallistas, donde trabajan los Hermanos unidos a una legión de comprometidos maestros lasallistas y colaboradores, y que se extienden a lo largo y ancho del país, ofreciendo diversos tipos de educación, escuelas, colegios, normales, universidades, reformatorios, casas hogar y ahora otras obras creativas fundadas con el


apoyo de jóvenes lasallistas voluntarios que trabajan unidos a los Hermanos y maestros lasallistas comprometidos en diferentes partes de México. El centenario se conmemoró el día 2 de diciembre del 2005 en el auditorio de la Escuela de Medicina de la Universidad La Salle de México. Durante la ceremonia se selló el timbre conmemorativo editado por el Servicio Postal Mexicano.







 







 


 

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