La formación humana se relaciona con el desarrollo de actitudes y valores que
impactan en el crecimiento personal y social de la persona. De esta manera, un
niño formado desde la dimensión humana-lasallista, actúa con esquemas valorales,
coherentes, propositivos y propios.
El alumno De La Salle, es un niño, un joven, que reconoce su papel en la
sociedad, en la institución educativa en la que estudia, en la familia y en su cociedad; que quiere su
cuerpo, sus espacios concretos de acción y comprende la diversidad cultural en
la que está inmerso; es en consecuencia un sujeto en crecimiento.